Djibouti empezó a
recibir visitantes de otros países hace muy poco, es un sitio
tranquilo, no hay mucho turismo, por esto hay una oportunidad
excepcional de disfrutar la calma y naturaleza pintoresca. Los
volcanes majestuosos, lagos transparentes, unas planicies fantásticas
que parecen de las crónicas marsianas. Los aficionados al reposo en
la playa podrán ir a la costa vasta, donde no hay casi nadie, los
buceadores quedarán estupefactos por la belleza del mundo submarino.
Entre otros
atractivos sobresale el mercado Le Marche Central. Aquí se puede
comprar diversas mercancías, hay un surtido amplio de productos del
mar y frutas exóticas. La construcción más considerable y
remarcable es en todo caso el palacio presidencial en la parte
central. Parece más un edificio de la época colonial, desde la
plaza ante el palacio se abre una vista magnífica de la costa. Ud.
podrá pasear por las avenidas pintorescas y salir al barrio del
puerto, donde están amarrados los yates níveos